Gegen die wand (Head On) de Fatih Akin (2004)



“Contra la pared” es la ganadora del Oso de Oro 2004 para su director en Berlín, además del premio de Cine Europeo a la mejor película y un sinfín de otras nominaciones y galardones a las que hay que sumar, un año después, en un alarde de vanguardia y originalidad el Goya a la mejor película europea. Con mucho interés se han seguido todas estas entregas, especialmente desde la productora Magma, para la que (se supo después, no sin poco escándalo) la protagonista había realizado seis películas porno y que veía como de repente su cotización se disparaba por las nubes.





"Contra la pared" narra la historia de dos inmigrantes turcos en Alemania: Cahit Tomruk (Birol Ünel) un cuarentón, decadente, alcohólico, drogadicto y bastante feo músico nacido en Turquía pero que ha perdido sus raíces y Sibel Güner (Sibel Kekilli) una vienteañera alemana de nacimiento pero perteneciente a una familia turca muy tradicional. Ambos se conocen en una clínica psicológica en la que son internados tran intentar sendos intentos de suicidio (que yo recuerde nunca había visto tantos intentos de suicidio en una película; uno se da la vuelta y ya hay alguien rajándose las venas, tragándose la lejía o metiendo la cabeza en la lavadora). Allí Sibel propone matrimonio a Cahit con el fin de poder escapar del yugo familiar y vivir en libertad. Tras unos cuantos intentos de suicidio Cahit accede, y comienzan la vida en común. Más o menos, y a través de muchas vueltas y retruécanos de guión y de no menos intentos de suicidio, los personajes siguen historias paralelas e inversas, de manera que Cahit, que empieza la película hecho un despojo humano, con la influencia de Sibel empieza a volver a ser persona y ésta cae poco a poco en la decadencia de la que escapa él.

Narrativamente destaca el marcaje de los diferentes actos de la película con la aparición de una orquestilla turca tocando con Estambul de fondo, rompiendo la continuidad y ayudando a asimilar los saltos temporales del guión. Por lo demás, no es que añada mucho a la película. El guión es bastante convencional para los estándares de este tipo de película tan profusamente realizada en Europa. Drama tras drama, drogas, alcohol y gente que duerme desnuda, aunque se aprecia cierta artesanía en Fatih Akin (el padre de la criatura) que le permite realizar una presentación de personajes muy rápida y efectiva, dejando mucho tiempo para el alambicado desarrollo de la historia.

La dirección es lo que uno espera de una película europea que se las pega de intelectual. Cámara al hombro, planos secuencia, mucha banda sonora por todas partes, paisajes y patos en el río. Sí que salvan bastante el producto las actuaciones de los protagonistas, por un lado Birol Ünel que más que un gran actor es un gran acierto de casting y Sibel Kekilli que sin duda se merece el premio Bambi que también le ha caído, y no sólo por lo suelta que se ve en las escenas de cama, sino porque luce muy bien las escenas más dramaticas (que la película las tiene y muchas) y en general le da un toque muy sólido a su personaje. Y por mucho que insista Klaus Goldberg, dueño de producciones Magma, descubridor de Sibel y director de alguna de sus películas pornográficas, esas cosas no se aprenden en el circuíto del porno.

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