Desde un séptimo piso vemos elevarse, en la acera de enfrente, una pequeña torre a la que suben y sobre la que se paran (no hay más que ver a la señora de la foto de arriba), sin saberlo, los viandantes.
Desde el suelo, la perspectiva cambia, obviamente, y el efecto (aunque se mantenga en parte), está lejos de aquel que sólo se aprecia desde las alturas.
vía: escritoenlapared
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