Micmacs à Tire-larigot

Jean-Pierre Jeunet emplea aquí su imaginativo y visualmente magnífico estilo de una forma más formulaica que en anteriores ocasiones, entregando una película que tiene todas las características propias de sus filmes pero una historia que nunca acaba de atrapar y unos personajes que, a pesar de su divertida excentricidad, no acaban de resultar interesantes. “Micmacs” tiene atractivo pero no el encanto que el director es capaza de dar.

Bazil perdió a su padre de niño por culpa de una mina anti persona y de adulto tiene que vivir con una bala alojada en su cerebro de forma fortuita y que le puede matar en cualquier momento. Sin trabajo y sin lugar donde vivir, encuentra cobijo en un grupo formado por extrañas personas que viven en el margen de la sociedad. Bazil encuentra a las dos empresas de armamento responsables de una fabricar la mina y la otra de producir la bala que tiene en su cabeza, e idea un plan para acabar con ellas.

“Micmacs” es una película que cumple formalmente todas las características que debe tener un buen filme del director francés Jean-Pierre Jeunet, responsable de la conocida “Amelie”. Es imaginativa, emplea varios tipos de humor siempre agradables, desde diálogos con chispa a gags más físicos, utiliza una imagen colorista, está llena de pequeños fragmentos que funcionan como una minihistoria y está llena de personajes con excéntricos pero amables. Lo que no hace que “Micmacs” funcione tan bien como debería de acuerdo con la forma en la que está concebida es la historia en sí. Nunca es demasiado atractiva ni hace la narración avance con fluidez más que en su tramo final. También Jeunet y su habitual coguionista Guillaume Laurant reúnen a demasiados personajes a los que no quiere dejar demasiado de lado, haciendo que ninguno de ellos ni especialmente el protagonista tenga tiempo y la atención necesaria para que acabe creando algún tipo de conexión con el espectador. A diferencia de otras ocasiones, el interprete central Dany Boom no tiene un gran carisma o presencia en pantalla, y su evidente y continua imitación de Charles Chaplin y Buster keaton siempre parece un grado demasiado forzada. “Micmacs” es un gran entretenimiento del siempre interesante Jeunet, plenamente satisfactoria pero a la que le falta algo que este creativo director ha dado a otros títulos de su filmografía, una mayor calidez humana a sus personajes como a su historia dentro de su característico histrionismo.



vía: criticscinema

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