Fausta (Magaly Solier) padece de "La teta asustada", una enfermedad que se transmite por la leche materna de mujeres maltratadas durante la época del terrorismo en el Perú. Los infectados nacen sin alma, porque del susto se escondió en la tierra, y cargan un terror atávico que les aísla por completo. Pero Fausta esconde algo más; guarda un secreto que no quiere revelar, hasta que la súbita muerte de su madre desencadenará hechos inesperados que transformarán su vida y la de otros.
Lima (dpa) / elcomercio.pe.
Magaly Solier defendió hoy el contenido de La teta asustada, criticada desde algunos sectores por mostrar al Perú, según dicen sus críticos, como un país pobre y atrasado.
“Si quieren que se muestre un país en progreso, entonces que (los gobernantes) hagan un país así”, dijo la actriz en un encuentro con la prensa extranjera en Lima, tras recordar que la pobreza que se ve en la película o las referencias a una violencia que deja cicatrices imborrables son hechos existentes e irrefutables.
“El Perú ha quedado muy herido (por la violencia política). Y de eso es necesario hablar. La gente que critica es porque no ha vivido eso o no tiene el coraje de ver ese lado humano”, añadió.
Asimismo, Solier resaltó a la directora de “La teta asustada”, Claudia Llosa, como una persona “muy valiente” por abordar el tema. Señaló que a través de sus personajes, en especial de “Fausta”, la cinta nacional habla “por las personas que no pueden hablar”.
La película ha sido aclamada en el circuito cinematográfico internacional, ganando varios premios alrededor del mundo, pero es resistida por sectores del país que dicen que muestra una imagen denigrante.
Para Solier, ese temor está aún presente en lugares como Ayacucho, el más afectado por la violencia, o como Manchay, paupérrimo barrio limeño en que se rodó la cinta, poblado mayoritariamente por ayacuchanos que emigraron para escapar de la violencia.
Según la actriz, ella contribuye a enfrentar esos miedos a través de sus películas o sus canciones, y piensa seguir haciéndolo.
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