De latir, mi corazón se ha parado


El director francés Jacques Audiard da una lección de construcción narrativa y de pulso en cuanto a cómo construir una gran tensión a través de un excelente relato sobre una lucha interna que está magníficamente plasmado en imágenes de gran estilo. La película cuenta además con una sobresaliente actuación de su protagonista, Romain Duris, quien resulta completamente magnético y complejo con una verosimilitud abismal.


Tom sigue los pasos de su padre y trabaja en negocios inmobiliarios con métodos sucios y a veces brutales. Es una persona dura, directa que lleva una vida que parece que le destina a ser una especie de criminal. Pero un encuentro casual con su antiguo profesor de piano le hace reabrir la posibilidad de conseguir ser un concertista de piano clásico. Para intentar aprovechar la oportunidad contrata a una pianista que acaba de llegar a Francia para que le ayude a recuperar el nivel que tenía hace años. Atrapado entre la lealtad a su padre, su hermetismo emocional y sus aspiraciones la tensión en Thomas va creciendo a medida que la fecha para su audición se acerca.


Jacques Audiard conquistó cierto éxito tanto en su Francia natal como en el circuito internacional con sus interesantes películas “Un héroe muy discreto” y “Lee mis labios”, con lo que sorprendió que emprendiese un proyecto de realizar uno de los primeros remakes europeos de una película estadounidense, “Fingers” de James Toback. Normalmente readaptar una película que fue apreciada en su momento o hacer segundas partes suele ser una mala idea para cualquier director que se precie pero en el caso de esta película, Jacques Audiard demuestra que toda norma tiene su gran excepción. “De latir mi corazón se ha parado” es una magnífica película que emplea un material que no es original pero que el director hace suyo, tanto en forma, estilo como en contenido. El director francés hace con esta película un paso adelante en consolidar su estilo de narrar y en su facilidad para crear una atmosfera y una tensión narrativa fascinantes. La película es absorbente, tensionada y cautivadora, siendo una de las mejores películas de cine negro de los últimos años. Jacques Audiard demuestra otra vez su habilidad como director de actores, consiguiendo una memorable actuación del actor sobre el cual se sustenta el filme, Romain Duris. No es fácil transmitir toda la fuerza, contención, enfado y límite emocional que tiene su personaje pero el actor consigue evocarlo prácticamente con lenguaje corporal. El director es plenamente consciente de la calidad de la actuación y nunca tiene miedo de poner la cámara justo delante del rostro del actor y captar toda la expresividad que emana. El resto de actores también están a un gran nivel y destaca el veterano actor francés Niels Arestrup en el papel de padre.


“De latir mi corazón se ha parado” contiene un altísimo nivel de actuaciones y una sobresaliente labor de dirección, que consigue darle una fuerza y una carga a una historia que puede que no sea perfecta pero que esta llevada a la gran pantalla de una forma inmejorable.


Vía: Criticscinema






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