Sweetgrass de Ilisa Barbash y Lucien Castaing-Taylor


“Sweetgrass”, una película documental con la que se me plantea el mismo reto que con la alemana “El gran silencio”, la película dirigida por Philip Gröning en la que se retrata la vida de los monjes Cartujos en un monasterio en mitad de los Alpes franceses. Una película en la que el objetivo era captar la meditación, la vida austera, el silencio. Y “Sweetgrass”, al menos durante su primera hora, no incluye diálogos, sólo el ruido de la naturaleza y de las ovejas. Sus directores son Ilisa Barbash y Lucien Castaing-Taylor, y Lucien lo explica así: “Antes de que tuviéramos los subtítulos en alemán y en francés, pensaba que habíamos hecho una película no verbal, y de repente tenemos transcritas quince páginas llenas de palabras. Pero las palabras, que se utilizan tanto en academias y también en documentales, son también superficiales, de alguna manera. Nos interesa mostrar aspectos de experiencias que son, en su esencia, no verbales. Y además encontramos afinidades entre seres humanos y animales que elegimos contraponer de manera que vemos cómo conducimos nuestras vidas y nuestras conductas. Así que decidimos introducir a humanos en la película de una forma lenta. Primero la naturaleza, la nieve, el viento húmedo, el invierno. Después, estos bizarros animales a los que llamamos ovejas. Y al final los humanos. Y el primer humano que vemos es el tipo encargado de liderar las ovejas, el esquilado, las crías, que en realidad lo que hace es emitir sonidos de llamada, sonidos guturales, sin otro significado. Es como un ritual irlandés, en Gaélico, en mitad de Montana. Así que no es un lenguaje basado en la composición. Y luego vemos cómo cortan la lana y más que lenguaje es una comunicación más profunda. Y al final los hombres hablan entre ellos, y bromean, y se confiesan. Lo que intentamos es que las palabras sean el fondo del lienzo, y crear la tensión entre lo impresionante del paisaje, la decaída, rural, bucólica Arcadia, y la realidad de lo que es vivir allí, la respuesta estática al paisaje, el estrés de todo el trabajo que tienen que hacer. Y cuando los personajes se vienen abajo, entonces es cuando aparece el clímax de la película, algo que pasa delante de la cámara y que incluso es inusual para un documental”.






Sí, la experiencia que provoca ver una película como “Sweetgrass” está aún más enfatizada por la belleza de los inmensos paisajes que no estamos ya tan acostumbrados a ver. Y todo empezó así. Lo cuenta la directora Ilisa Barbash: “Habíamos oído que había un ranchero en Montana que fue la última persona que dirigió ovejas en esa particular área, hacia las montañas, para el pasto durante el verano. Supimos que su familia había estado haciendo esto durante cuatro generaciones. Y esta persona comentó que el ranchero había dicho: ‘Alguien debería hacer una película sobre mí’. Esa persona se tomó en serio el comentar esta necesidad y, al final, la historia llegó hasta nosotros. Entonces vivíamos y trabajábamos en Colorado, con nuestra familia, enseñando en la Universidad, y estábamos interesados en hacer una película sobre el Oeste, y esto parecía perfecto. Fuimos allí en marzo para encontrarnos con la familia, nos trasladamos allí justo antes del 4 de julio, y nos quedamos allí ese verano y volvimos los otros dos siguientes para filmar”.


Terminada en febrero de 2009, “Sweetgrass” es una película que pretende encontrar la tensión entre subjetividad y objetividad, entre intimidad y distancia, grabar lo que ocurre en cada momento para alcanzar una metafórica trascendencia en el tiempo, lo que requirió de un importante esfuerzo en la producción. Lucien Castaing-Taylor: “El proceso llevó mucho tiempo. Grabamos 200 horas de película. Si alguno es director de cine se habrá dado cuenta de que esto es una infinidad. Es casi imposible casi tan sólo visionar las 200 horas. Nos trasladamos a Boston dos veces cada año, con lo que supone esto para el trabajo. La semana pasada terminamos una instalación con piezas que grabamos durante esta época, que vienen de esas 200 horas, pero que son completamente diferentes a las imágenes que componen la película, y además hay una serie de fotografías sobre el tema realizadas durante los últimos 7-8 años. Así que todo el proceso supuso un esfuerzo monumental”.

vía: documentales.blogspot


CINEMATECA

Junio 30 a julio 6. a las 17.20, 19.30 y 21.20 hs

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